Hace tan solo meses, en las clases de macroeconomía de cualquier universidad, los estudiantes imaginaban la distopía de una guerra comercial entre dos países. La devaluación de cada una de sus divisas y la imposición de aranceles eran herramientas que se usaban y podían ser confundidas con una estrategia monetaria que buscara mejorar el crecimiento y la productividad de cada país.
En la actualidad, esta distopía se ha convertido una realidad para las dos potencias económicas más grandes del planeta. Lo que comenzó como la imposición de aranceles sobre las importaciones de acero y aluminio, se transformó rápidamente en un conflicto que amenaza a 50 mil millones de dólares de exportaciones de China a Estados Unidos y en un monto similar en el sentido opuesto.
Ver más