El peso colombiano podría continuar mostrando un comportamiento defensivo en medio de un desempeño relativamente positivo de sus monedas pares, y menores niveles de volatilidad que ha permitido un leve repunte de los activos de riesgo. Adicionalmente, la tasa de cambio podría encontrar apoyo en la menor percepción de riesgo local así como en la recuperación de los precios del petróleo. Sin embargo, el constante flujo comprador podría limitar el desempeño de la moneda en la medida que el dólar continúe fortaleciéndose y las condiciones de los mercados internacionales vuelvan mostrar signos de aversión al riesgo. Bajo este escenario esperamos que el peso opere en el rango 3,060 – 3,090.
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